La interpretación del carnaval a lo largo de los siglos

By February 9, 2016 blogpost One Comment

¿Qué tiene la esencia del carnaval que lo convierte en una de las celebraciones más extendidas en el tiempo y en el espacio?

Carnaval en español, francés, rumano y portugués. Carnival en inglés y vietnamita. Karneval en alemán, sueco y noruego. Carnevale en italiano. Fastelavn en danés. Karnaval en indonesio. Maslenitsa en ruso.

Independientemente de la palabra que utilicemos, esta vibrante festividad tiene su traducción en numerosas culturas de todo el mundo. Si bien es cierto que cada una de ellas tiene su propio sabor, estilo y singularidad, todas comparten el deseo de alejarse del aletargamiento propio del invierno, festejar el fin de la época de siembra, celebrar la esperanza de la llegada de una estación más próspera y abandonar la rígida rutina diaria, aunque fuera únicamente por unas horas o días.

CarnavalAunque es una tradición arraigada entre diferentes pueblos desde hace más de 5000 años, las raíces europeas del carnaval se hunden en las fiestas dionisíacas que se celebraban en la Antigua Grecia en honor a Dioniso, dios del vino y la vendimia. Sin duda, el placer y el vino eran elementos centrales de dichas festividades, pero no se perdía de vista su interés cultural ya que combinaban las representaciones teatrales (nacimiento de la tragedia y la comedia), los concursos, los coros, las procesiones. Eran la expresión máxima de la liberación y la diversión.

El fulgurante ascenso y expansión del Imperio Romano tomó el relevo de muchas tradiciones y costumbres griegas a las que dio su propia vuelta de tuerca. No pudiendo desaprovechar su potencial y aceptación popular, instauraron las Saturnales romanas, en honor de los triunfos militares en un principio y del dios Saturno más adelante. Como en muchos otros aspectos culturales, los romanos fueron más allá en su concepción del carnaval y crearon una fiesta en la que se desdibujaban los límites sociales y la sátira política estaba a la orden del día; en la que (casi) todo estaba permitido y (casi) todo era posible durante unos días al año. Lo que de ordinario estaba mal visto o prohibido, durante las también conocidas como bacanales era ley.

Con la propagación y la asimilación de las tradiciones cristianas y romanas, el carnaval comenzó a popularizarse en buena parte del continente europeo mientras que, en otras zonas, en las que ya se celebraban festivales similares, se fundió con las costumbres locales para dar lugar a una festividad única.

De hecho, la Edad Media fue el verdadero origen de la celebración tal y como la concebimos actualmente. También fue entonces cuando se acuñó el término carnelevarium en latín, que literalmente significaba «quitar la carne» (carne-levare) y del que derivan buena parte de las palabras que utilizamos actualmente en diferentes idiomas.

CarnavalA diferencia de lo que se podría pensar en un principio, esta celebración experimentó un momento de esplendor durante esta etapa histórica, con sus luces y sus muchas sombras. Precisamente ese oscurantismo fue el caldo de cultivo ideal de la necesidad que tenía la empobrecida población de disfrutar de días luminosos y jornadas ajenas a las duras labores cotidianas. De igual forma, el florecimiento de las ciudades universitarias como Salamanca, Bolonia o París también contribuyó al auge de la popularidad de esta festividad. Si bien durante esta época el carnaval adquirió su propia entidad, siguió conservando aspectos precristianos como el uso de disfraces y máscaras y como la bien conocida permisividad generalizada.

Cuando se ampliaron los horizontes del mundo conocido por los pueblos europeos, debido a las mejoras en las técnicas de navegación y la constante financiación de las Coronas de los diferentes reinos, el carnaval cruzó el Atlántico de la mano de los primeros colonos españoles y portugueses para mezclarse con las costumbres y festividades propias de cada rincón del continente. Este choque, o fusión, cultural cristalizó en un auténtico crisol de celebraciones llenas de color y espontaneidad.

Si bien esta es la historia del nacimiento de lo que a día de hoy entendemos como carnaval en buena parte de los países occidentales, es innegable que el deseo de celebración expresado en forma de llamativos trajes, grotescas máscaras, música en directo o animados bailes es inherente al ser humano. Cada cultura con su propia singularidad y su simbología particular arraigada en su historia y sus tradiciones, todas cuentan con su propia forma de transmitir el mensaje, pero todas lo hacen. Y de ello podemos encontrar incontables ejemplos en cada rincón del planeta.

Lexi_Carnaval

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